jueves, 28 de enero de 2010

La Veleta



Me llevaste enganchada a tus delirios,
donde tu fueras me encontraba yo detrás.
Figuraba de veleta en tu tejado,
tus ideas me mecían al soplar.

Por guiarme a ningún punto
ahora me has encontrado
perdida en este mundo sin compás,
sin un sueño al que aferrarme,
abandonada como un perro,
en soledad.

Sin destino, sin ilusión,
sin ganas de pasión,
desganada y destrozada,
delirando de madrugada en mi vacía habitación.

Cuando seas un hombre o cuando tengas corazón,
quizás consigas convencerme
de que no tengo razón.
Por el momento sé lo que veo.
Un niño herido por su propia equivocación.

Dime claro lo que quieres,
dime ya que vas a hacer
y no me dejes aquí pensando
si al final me toca perder.

Estuvo en mi cabeza la madrugada del 30 de septiembre de 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario