domingo, 31 de enero de 2010

El nacimiento del odio.


Hace un par de noches, una más de esas en que me enredo en las sábanas de tanto dar vueltas, tuve un pequeño "flashback".
A principios del año pasado me ofrecieron un empleo fuera de mi ciudad gracias a una antigua compañera de fatigas comerciales y posterior amiga que había vuelto a trabajar. Decidida lo acepté y dos meses después nos fuimos a vivir juntas cerca del trabajo. Independencia total, amistad y una nueva vida se abrió ante mi, durante sus vacaciones, mi pareja se instaló con nosotras y mas tarde cada fin de semana venía a visitarme, salíamos las dos parejas juntas, otras noches vino mi mejor amiga, testigo fiel de todo lo que pasó posteriormente, teníamos un cachorrito precioso y la casa cada vez ganaba en comodidad. Todas estas imágenes volvieron s mi cabeza esa noche.
La convivencia nunca es facil y menos si no hay comunicación y la otra persona actúa siempre en favor suyo. Hasta mí llegaron palabras que me hicieron dudar de quién era el bueno y quién era el malo. Sugerencias y consejos que mejor se hubieran guardado me hicieron tomar algunas decisiones. Al cabo de otros dos meses dí por zanjado mi contrato con una jefa que antepuso su "amistad" al buen hacer. Cansada de rumores y de palabras para envenenarme intenté dejar las cosas claras con la persona que más deseaba alejar de todo aquello y que realmente me importaba. Decidí marcharme del piso y a pesar de perder esa libertad que creí ganar y nunca me dejaron tener, volví a casa con la persona que quería, sin dar explicaciones a quién no las merecía y gastar más saliva,me fuí una noche al salir del trabajo, con lo puesto y medio sueldo impagado.Dos días después mi pareja y yo acabamos con una de esas frases tan horribles..."deberíamos darnos un tiempo".
De mi antigua compañera no quise volver a saber nada, una mañana volví al piso a recoger todas mis cosas, me acerqué al trabajo y le dejé las llaves sobre la mesa.
Tras una llamada de mi antigua jefa pidiéndome perdón e intentando zanjar el asunto económico, volví y lo único que recibí fué mas mierda a mi cabeza que aumentaba de tamaño y acabaría por explotar.
Dejó de importarme el dinero y tanto fué el odio que enjendré en mi interior que no quise recibir ni un duro de las sucias manos de aquella persona aunque me lo hubiera ganado por mérito propio, cosas que tiene el orgullo. Más información me hizó odiar a las otras dos partes de la historia.
Pasó el verano y en todo ese tiempo intentamos arreglar las cosas entre los dos a pesar de que nos dijimos las peores cosas que se pueden decir dos personas que se han querido, ya se sabe lo del amor al odio...Pasamos por otras "relaciones" y el día que dejamos todo atrás decidí ponerme en contacto con aquella compañera. Al día siguiente nos vimos los tres, escuché nuevas versiones que nunca me decidí a creer por completo, llegando a la conclusión de que ya me daba igual que versión era cierta, si la suya o la de nuestra antigua jefa, autora de una auténtica telenovela por capítulos y ayudada por una supuesta amiga que me traicinó. Al final de la tarde nos despedimos en la
estación de tren. Ella me preguntó: "¿Volveré a saber de tí?"- "No lo sé".
Han pasado unos meses y todo se ha estabilizado entre los dos, a veces la nombramos, pero realmente ha quedado todo atrás.
Mi conclusión de la otra noche tras recordar momentos que pasé en aquel piso, volviendo a ver aquel paisaje desde la ventana de aquella cocina, las siestas que me tomaba en mi sofá fué... que lo normal, lo que el resto haría sería odiarla todavía. Si digo: "Me gustaría volver a verla", que realmente me gustaría saber si ella también arregló su relación, sé que me dirían que estoy loca, que después de todo lo que me hizo debería desecharla del mundo, y ese es el nacimiento del odio, algo contagioso, somos borregos que actuamos según los demás, pero a mí no me apetece ser así. Muchas veces pensamos en nosotros mismos y por defendernos de otro posible "ataque" pensamos ¡Que le dén por culo!, orgullo y más orgullo y lo que nos parece más lógico no es lo que más bien nos hace y sé que si no hubiera olvidado no hubiera vuelto a rehacer mi historia juntos, todos cometimos errores pero si nos hubiésemos decantado por lo que en apariencia parece lo más normal quizás no lo tendría aquí a mi lado pegado al ordenador. Me decanté por recoger los buenos recuerdos, y no olvidar la razón por la que me desviví en solucionar aquella etapa que como siempre, me hizo aprender algo valioso.

3 comentarios:

Psicología de Barrio dijo...

Dificil época la que has pasado. Buena mezcla de problemas, pero esta bien la solución, ya sabes "si tienes un limon, procura hacer limonada".
Sabes, a mi me paso algo parecido. Por una tontería nos enfadamos, nos dijimos de todo, casi llegamos a las manos... pero, aun así me arrepiento mucho de haber perdido aquella amistad por una chorrada y no hay día que no lo recuerde y me arrepienta.
El rencor es un poderoso enemigo, bien hecho.

Laurilla dijo...

Nunca pensamos que las relaciones con las personas importantes puedan cambiar y esa seguridad en que no va a pasar nada nos hace olvidar el cuidarlas día a día ya sea pareja, o amistad, mas o menos quiero decir eso de que no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes.Te evío un saludo muy grande desde aquí.

Anónimo dijo...

Ei... amiga... TE QUIERO ^^

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